Más testimonios de ULELN

Cada vez que los centinelas vamos a una Luz en la Noche vamos con la ilusión de cambiarles la vida a todas las personas que nos encontremos. Buscamos provocar un encuentro de ellos con Cristo Vivo, como ese que nosotros tuvimos y que nos la cambió radicalmente. Es algo tan maravilloso que necesitamos compartirlo.

Y así los que salen a la calle van con la ilusión de que todos los invitados vayan a la iglesia, todos los de acogida con la esperanza de presenciar ese encuentro cara a cara de Cristo y el acogido, y los de intercesión de que sus oraciones sean escuchadas y todo salga bien.
Pero Dios que es más sabio que nosotros permite que no todo el mundo responda como a nosotros nos gustaría. ¿Quiere eso decir que no hemos logrado nuestro objetivo? Pues no. Eso simplemente es Su forma de hacer las cosas no vaya a ser que nos atribuyamos todo el mérito y la soberbia anule el fruto. Lo que un centinela nunca debe olvidar es que "no es más el aprendiz que el maestro" si a Cristo lo han rechazado, le han respondido mal, también a nosotros nos puede pasar.

A mí esta vez me ha tocado acogida. Algún caso particular he vivido pero me quedo con lo bueno, que ha sido mucho más con diferencia: la unión y la hermandad entre los centinelas, la confianza de los acogidos, la ilusión y la esperanza por encontrarse con Cristo de aquel joven con aquella vida tan dura, el renacer de una esperanza, la emoción de aquel otro que al entrar decía "¡me han dicho que aquí está Jesús y yo quiero verle!" Cada persona que acercaba a Jesús me iba dando la alegría de ser su compañera y de compartir conmigo como quien comparte con su hermano.
Ha sido una experiencia preciosa y un regalo enorme. ¡Gracias Jesús!
Marta

No hay comentarios:

Publicar un comentario