En eso nos convertimos ayer los jóvenes que participamos en la oración joven - capilla universitaria y que cada vez somos más.Un vez iniciada la Cuaresma, este encuentro mensual, no dio la oportunidad de ser como el grano de trigo, morir para dar fruto.
Cada uno nos presentamos ante Jesús vivo en la Eucaristía y depositamos nuestras semillas de trigo en la tierra como muestra de nuestra entrega y compromiso; debemos dejar atrás todo lo viejo para nacer a una vida nueva con Cristo, preparando nuestro corazón para la Pascua.
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