Esos presentes que eran nuestra vida, nuestros agradecimientos... todo lo que somos por y para Él.
Al mismo tiempo ofrecimos nuestro incienso a ese único Dios que se ha hecho hombre como cada uno de nosotros.
¡Sigamos su estrella que nos conducirá hasta Él y adorémosle!
No hay comentarios:
Publicar un comentario